Existen diferentes mapas corporales en el cerebro, uno de los cuales es conocido como el homúnculo sensorial. En este mapa cerebral están representadas las diferentes regiones corporales. Lo llamativo es que el tamaño que ocupan en este mapa las manos, los pies y los labios es mucho más grande que del cuerpo, lo que se explica por la elevada concentración de terminaciones nerviosas sensoriales en estas regiones concretas. Estas terminaciones nerviosas son refinados receptores sensoriales que se hallan situados debajo de la delgada membrana que es nuestra piel y el tejido subyacente.

Por ello, cuando prestas una atención deliberada a tus manos, tus pies o tus labios, puedes sentir una rica gama de sensaciones procedentes de esos lugares.

TE PROPONGO UN NUEVO EJERCICIO DE CONSCIENCIA SOMÁTICA

La piel es un excelente objeto de meditación.

Concédete a ti mismo unos pocos minutos… suelta lo que estés haciendo, o lo que has planeado hacer a continuación… detén un momento tu loca carrera…

Dirige tu consciencia al envoltorio de piel que cubre tu cuerpo…

No tardarás en sentir el aire que te envuelve, como una caricia, incluso sin la menor brisa…

La piel respira: presta atención… prueba a sentir o imaginar la respiración a través de esa membrana que separa tu carne del resto de la biosfera.

Tu consciencia puede envolver tu piel como un guante envuelve tu mano, e impregnarla como una esponja se impregna de agua.

Experimenta la sensación de cómo tu mente habita tu piel.

Siente cómo tu consciencia te abraza…