ÁREA TRANSPERSONAL

 

Trabajo con la atención

Meditación Vipassana

Meditación en relación

 

 

 

¿Qué es meditación?

Meditación no es concentración o esfuerzo intenso.
La práctica es una entrega al presente, con lo que hay, me dejo hacer-equilibrar por el universo
Estar en el presente da siempre sensación de novedad, no me aburro nunca. El aburrimiento viene de la mente que rechaza.

Yo no soy mi cuerpo, soy más. Yo no soy mi habla, mis órganos, el oído, el olfato.

Eso no soy yo. La mente que piensa tampoco soy yo.

Si nada de eso soy, entonces: ¿Quién soy? La consciencia que permanece, eso soy.

Ramana Maharshi

¿Para qué meditar?

  • Meditar para desarrollar presencia y llevarla al día a día, a cualquier cosa que esté haciendo.
  • Presencia para dar la cara en la vida, el trabajo, etc.
  • Meditar es como la higiene corporal diaria (ducha, dientes…) de la mente y el corazón.
  • Cuando aparecen recuerdos dolorosos es que el inconsciente se está abriendo para purificarlos
  • Mirar el recuerdo con ecuanimidad y benevolencia, sin aferrarme, ya no desde el papel de víctima sino con la conciencia que ese recuerdo ya no es real.
  • Decirle al recuerdo: vale, aunque apareces, ya no existes, eres un fantasma, un resto de vivencias pasadas, quizá ahora llore, pero pasará… si no me engancho y lo purifico, cada vez volverá con menos fuerza.
  • Al meditar estamos entre el sueño y la vigilia, se generan ondas alfa que favorecen la aparición del inconsciente y la actividad simbólica.

Metta es la antesala del Vipassana

En India, mucha gente solo practica Metta durante toda su vida y es gente muy amorosa.

Metta es el antídoto contra la ira.

meditación en relación

Terapia vs. Vipassana.

La terapia trata de integrar el yo en la sociedad para que esté mejor adaptado y feliz. Aunque la terapia ayuda a resolver problemas que pueden llevarte al camino espiritual. Alguien muy trabajado en terapia, que se ha limpiado mucho, puede ir naturalmente hacia la espiritualidad.
La espiritualidad trata de liberar y trascender el yo. Liberarse de todos los condicionamientos.

La compasión bien entendida empieza por uno mismo.

Si empiezo por los demás, es mi ego el que actúa. Interpreto un papel que debería aparecer en la comedia dell arte. Debo empezar por mi mismo, ser más compasivo conmigo.

Si tengo poca presencia, tengo poca libertad de elección.

Siempre voy a tener cierto condicionamiento en mi conducta, el libre albedrío absoluto no existe. Actuarán mis patrones mecánicos.

Si tengo presencia, puedo ver lo que me propone el ego y elegir.

Paradójicamente, si tengo mucha presencia, tampoco tengo mucha libertad de elección.
Porque el presente es el que me guía entonces, la vida me dice donde debo ir, qué es lo más conveniente, no tengo más opciones que la correcta.

¿Cómo meditar?

  • Una suave sonrisa en la boca y los ojos.
    Para sentir que no estoy en lo fóbico. Si no puedo sonreir, es que hay tensión. Ayuda a soltar la mandíbula.
  • Sonidos y respiración.
    Son dos objetos de meditación y puedo estar con ambos a la vez, pues ambos me anclan al presente. Llegará un momento que la mente se quedará con un solo objeto.
  • Sonidos.
    Si hay muchos pensamientos, centrarse en los sonidos que llegan del exterior, escuchar los sonidos en lugar de los pensamientos.
  • Respirar.
    Dejo que el cuerpo respire porque lo hace de manera más fina y sutil que si lo hago yo. Lo importante es llevar ahí mi conciencia.
    Atención en la punta de la nariz: el aire entra y sale (pero la energía sube a la cabeza) o atención al abdomen (mejor ahí la energía, como en las artes marciales).
    Primero presencia a la respiración larga en su conjunto y luego a cada respiración larga, de principio a fin, una a una. Conozco cómo es cada etapa y es más fácil seguir el proceso y permanecer ahí que si no sé cómo es. Más adelante, puedo quedarme en un punto del proceso, p.e. abdomen o corazón y ya no sigo la respiración de principio a fin.
  • Movimiento corporal adelante y atrás
    Es la kundalini que sube de la tierra, dejarla hacer, ya pasará… le ocurre a muchas personas.
  • Dolor.
    No rechazarlo, en vez de etiquetarlo “dolor”, darse permiso para sentirlo, experimentarlo, investigarlo en vez de querer huir de él: meditar es vivir con todo lo que hay: observando debería cambiar, evolucionar. Te darás cuenta que no es permanente ni fijo.
    Si es excesivo y me impide meditar, buscar postura más cómoda.
    Pero si hay mucha tensión, significa que hay algo que estoy rechazando o conteniendo en mí, debajo de ese dolor hay algo que no quiero ver.
    En la pausa, el miedo aparece porque el ego teme lo que no conoce. Cuando la mente se detiene, el ego se asusta. Pero hay que perseverar, ir cada vez a más pausa para ver qué hay ahí…

El ego, la mente parlante, la máquina

Todo ello corresponde a los patrones de pensamiento y comportamiento automáticos-mecánicos, a la experiencia, los recuerdos, los cálculos futuros… donde no hay presencia. No hay que luchar contra la mente parlante sino dejarla estar y poner presencia en el presente.

la consciencia es la luz de la mente

Soltar

Soltar es dejar de agarrar, dejar de esforzarse, apegarse, ver que no vale la pena. Ej: soltar el deseo de vengarse, desde la claridad mental que la venganza no aportaría nada bueno al otro ni a mí mismo. Lo dejo pasar antes de agarrarlo o comprarlo.

Apego a la imagen

Muchos problemas vienen del apego a nuestra imagen (miedo al ridículo, la importancia personal…). Las cosas que me molestan siguen ahí porque yo las agarro. Si las suelto tengo más conciencia disponible y más vacío disponible.

equilibrio, armonía, paz

La atención

La atención toca algo, toma nota para aprender y suelta (tanto lo negativo como lo positivo).
1a fase soltar lo negativo.
2ª fase soltar lo positivo también, porque sigue habiendo sufrimiento.
3ª fase la iluminación.

La atención toca una emoción y la suelta. Yo no soy esa emoción, no me fundo o identifico con ella: soy la consciencia que la observa, la investiga con ecuanimidad. En occidente nos cuesta soltar lo malo. En oriente, a los monjes, les cuesta soltar lo bueno, pero hay que soltarlo tb para ser pura conciencia.
Aquello que puedo observar con facilidad, no soy yo. Si me cuesta observarlo: interesante! p.e. observar la conciencia.

Atención adecuada

No basta con prestar atención, es importante el cómo: si es una atención demasiado concentrada, tensa, alerta (quizá ante un peligro, un miedo), con demasiada fuerza, no sirve.
Atención de manera sutil, sin tensión (a-tensión), tratando de modificar la realidad lo menos posible.

El ego

Si no me identifico con él, no necesito destruirlo. Me hago aliado suyo, aprendo a vivir con mi ego. El ego propone pero yo decido. No es él quien manda. El ego es sólo el jefe de seguridad, no deberíamos ponerlo de jefe supremo. Me protege, pero no es mi verdadera identidad.

el espacio interior infinito

No puedo elegir lo que emerge en la mente

No pienso ni siento aquello que me gustaría. Pero no tengo porque comprarlo tampoco, ni adherirme a ello: lo dejo pasar.
Mi poder no reside en decidir qué surge sino en lo que hago con ese objeto mental, emoción o pensamiento. Me puede avergonzar o parecerme exagerado. Entonces, lo mejor es reirme de ello, no creermelo. Decirme: menuda estupidez! Y reirme. Si no peleo sino que me río, lo desarmo, se deshace, pierde su fuerza.
No puedo evitar juzgar, pero puedo evitar creerme esos juicios.

equilibrio, armonía, paz

La meditación relacional o en pareja. Vipassana interpersonal según Claudio Naranjo.

En el momento en que miramos al otro, se manifiesta el ego, ponemos la máscara (de sufrimiento, de orgullo, de complacer… cada uno la que suele utilizar en sus relaciones).
La meditación en relación ayuda a desarrollar la compasión, por uno mismo y por el otro, y la generosidad, en el aquí y ahora frente al otro. 

Dos formas básicas de meditación interpersonal:

– meditar en silencio en presencia de otro
– o bien meditar con otra persona en el primer plano de la propia consciencia.

No-hacer, descansar en presencia.

Al dejar la actitud social cotidiana, al dar y recibir atención, el otro ya no es estorbo, sino estímulo, fuente de comunicación silenciosa.
La experiencia de silencio compartido no es familiar, es un estado de gran intimidad. Tu silencio será contagioso. La experiencia de silencio no es igual para todos y es diferente en cada momento para cada uno. Es irrepetible. En cada momento, encuentras lo que está disponible para ti.

el espacio interior infinito

Volverse nada es lo que tenemos para ofrecernos el uno al otro. Dejarse vaciar mientras uno está en una relación silenciosa. Cuando no hacemos nada delante del otro, algo puede suceder que no estamos buscando.

Poder centrarse en la sensación de la presencia del otro

Centrarse en la existencia del otro como persona, alguien que no está sólo ahí como un objeto sino como un ser vivo consciente y como una consciencia que te está mirando. Sentir la tu-idad. El “Yo” que ve “Tú” no es el “Yo” que ve sólo cosas.

Poder permanecer atento al mismo tiempo a tu presencia y a la del otro

Fijándote en “yo estoy aquí” y a la vez en “tú estás aquí”.
O mejor, “yo soy” y “tú eres”. “Yo existo” y “tú existes”.

silencio y quietud