ESCUCHA…

  • La lluvia repiquetea sobre el tejado…

  • Un gorrión gorjea al amanecer…

  • Un murmullo de personas en la habitación cercana…

  • El viento frotándose contra las hojas de un árbol cercano…

  • El rumor lejano del tráfico en la autopista…

TE PROPONGO UN EJERCICIO:

¿Quieres probar a escuchar los sonidos que llegan a ti, aunque sólo sea un instante, más allá de las ideas que tengas sobre lo que es la lluvia, un pájaro, el viento o el tráfico?

¿ERES CAPAZ DE “REGISTRAR” ESTOS SONIDOS TAL COMO SON?

Para ello, no es necesario que hagas nada en absoluto. Lo único que, de hecho, debes hacer para oír de verdad es desaparecer.

TU “YO” ESTÁ DE MÁS… Para escuchar, no es necesario “yo” alguno que busque o escuche los sonidos. De ahí es, precisamente, de donde salen todos los pensamientos, las expectativas y las ideas sobre la experiencia.

¿ES POSIBLE PARA TI ESTAR PRESENTE EN LA “CONSCIENCIA AUDITIVA” que instante tras instante emerge en la experiencia desnuda de la escucha?

¿PUEDES ESCUCHAR SIMPLEMENTE, dejando que los sonidos lleguen a tu oído y permanezcan en él?

DATE PERMISO PARA TENER UNA EXPERIENCIA DEL SONIDO PURO, “anterior al pensamiento”.

¿ESTÁS CONECTADO CON TUS SENTIDOS?

¿Puedes permanecer en ellos durante un tiempo?

¿Puedes morar ahí?

¿Perderías algo acaso?

¿Qué podrías ganar?

¿Recuperarías algo?

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