MUNDO SENSORIAL HUMANO 1ª Parte: Nuestro cuerpo está orientado al mundo

Jacob García de Rueda

HABITAR LA CASA VIVA DE NUESTRO CUERPO

Nuestro cuerpo es una forma orientada hacia el mundo: 

  • El Tacto: Tocar, empujar, acariciar, sacudir, notar las temperaturas… Tiene su sede en el Cuerpo.

  • La Vista: divisar, discernir, apreciar, ver… Tiene su sede en el Cuerpo.

  • El olfato: tomar pista, orientarse… Tiene su sede en el Cuerpo.

  • El Gusto: reconocimiento, información, protección, alimentación… Tiene su sede en el Cuerpo.

  • El Oído: escuchar el ruido del propio pensamiento, los sonidos y silencios… Tiene su sede en el Cuerpo.

  • El Movimiento: ocupar y relacionarse con y en el espacio… Tiene su sede en el cuerpo.

  • El Goce: aprecio, disfrute… Tiene su sede en el cuerpo.

    ¿Qué no tiene su sede en el cuerpo…?

NUESTRO CUERPO SE RELACIONA CON EL MUNDO GRACIAS A LOS SENTIDOS.

Este cuerpo humano es una forma que se orienta hacia el mundo, como lo demuestra la divergencia de mis sentidos (los ojos en la parte delantera de la cabeza, las orejas orientadas hacia ambos lados) y su curiosa bifurcación (un ojo a cada lado y, del mismo modo, dos orejas, dos fosas nasales). Una especie de circuito abierto que sólo se completa en las en los demás y en la tierra que nos rodea.

Y LOS DEMÁS TAMBIÉN NOS CONOCEN A TRAVÉS DE SUS SENTIDOS, incluidos seres que no son humanos, pero que, a su modo, sienten lo mismo que nosotros, ya se trate de un mosquito buscando almuerzo o de los pájaros que pregonan nuestra llegada a una cañada.

NOSOTROS FORMAMOS PARTE DE ESTE PAISAJE NATURAL, crecimos en él y todavía disfrutamos de todos sus dones aunque, comparados con los sentidos de nuestros ancestros cazadores y recolectores, la falta de uso haya acabado atrofiándolos.

HEMOS OLVIDADO LA MAGIA DE LOS SENTIDOS: el sonido de la caída de la lluvia, la sensación de la brisa sobre la piel, la tibieza del sol en nuestra espalda o la mirada de tu perro cuando te acercas a él.

¿PUEDES SENTIRLO?

¿Puedes saberlo?

¿Puedes comprenderlo?

¿Y, en caso contrario, cuándo podremos?

¿Cuándo vamos a sentirlo?

Publicaciones anteriores