¿De dónde viene el término “Cadenas Musculares”?
Lo acuñó Françoise Mézières, una fisioterapeuta francesa, que en 1947, tras lo que ella denomina “observación princeps”, llega a la conclusión de que los músculos de la espalda funcionan como uno solo, desde la cabeza hasta los dedos de los pies, y que los dolores y malformaciones de la espalda no son el resultado de la falta de fuerza y la atonía, sino de todo lo contrario, es decir, que los músculos están demasiado tensos y acortados. Habla de la cadena posterior como una cadena primaria, que compartimos todos los seres vertebrados. “Los músculos dependen unos de otros, y todos ellos, de la cadena posterior”. Si la cadena se encoge a medida que cumplimos años, no es tanto por la acción de la gravedad, sino por el acortamiento de los músculos.
También Mézières habla de la gran importancia que tienen las emociones en la respuesta de nuestros músculos: sentimos emociones, que nos hace adoptar unas posturas concretas, y con ellas, llegan las compensaciones y malformaciones. Así sería posible, también, que las emociones variaran al estirar los músculos.
Por eso la “reeducación postural” como tal no es efectiva. Si me explican cómo tengo que caminar, que sentarme, que dormir, lo entenderé con mi cabeza. Pero en el momento en que una emoción se apodere de mí, mi cuerpo responderá automáticamente olvidando lo que me han enseñado.
Con Estiramientos de Cadenas Musculares, mi cuerpo, paulatinamente, recobra la elasticidad y la memoria de cómo era antes de verse aplastado por el peso de los años, las malas posturas y ciertas actitudes de mi personalidad. Mi mente se aquieta, mi atención se afina, y mi cuerpo se expande sin que intervenga mi voluntad expresa.
ECM: Terapia de Tercera Generación.
Los sábados por la mañana son mi momento de realizar las tareas domésticas, y me suelo acompañar de mis podcasts favoritos. Hoy he estado escuchado el último “De Piel a Cabeza”, de las doctoras Ana y Rosa Molina, hablando de los beneficios de la meditación y del enfoque que ofrece la neurociencia. Decían que el mindfulness (que es sólo uno de los muchos tipos de meditación que existen) se engloba dentro de lo que se llaman “terapias de tecera generación”, y explicaban por qué. Este tipo de terapias no se centran en la eliminación de los síntomas (como haría un fármaco, por ejemplo) sino en que la persona actúa con responsabilidad respecto a lo que le sucede y aceptándolo. El foco no está en cambiar el contenido de las experiencias internas, sino en el modo de percibir el problema. Las palabras clave son aceptación y responsabilidad.
Esto enseguida llamó mi atención, porque precisamente es una de las bases del método de Estiramientos de Cadenas Musculares® y del Trabajo con el Potencial Corporal® de Jorge Ramón Gomariz. El hecho de que puedan ser englobados como “terapias de tercera generación” me pareció muy molón.
¿Y por qué me quiero subir al carro de la tercera generación? ¿En qué se parecen los Estiramientos de Cadenas Musculares® al mindfulness? Cuando acudes por primera vez a una clase de Estiramientos de Cadenas Musculares®, el facilitador hace mucho énfasis en la responsabilidad que has de tomar con tu propio cuerpo: “no demasiado dolor, no sensación de desgarro, ni de quemazón”; “hasta que sea suficiente para ti”; “permitir más que forzar…” etcétera. Estas consignas se repiten incansablemente, ya que la forma en como se abordan los “experimentos” (que no ejercicios) son tan importantes como los movimientos que se realizan.
Es decir, primero aceptas lo que hay: si tu cuerpo te permite o no llegar hasta cierto punto (sin compararte con el resto de compañeros), si te encuentras con una dificultad que puedes o no superar (ahora, en el momento presente), o si llega una emoción inesperada (agradable o desagradable). Y después, te responsabilizas de lo que decides hacer: respetas tu cuerpo y no lo fuerzas, o decides estirar un poco más (porque tu mente tiene la idea de un objetivo que se ha propuesto).
Inevitablemente, después de hora y media relacionándote con tu cuerpo de esta manera, la mente se ha aquietado y las emociones han llevado un recorrido similar. Algo ha cambiado. Puede que sea sutil, sobre todo en las primeras sesiones, pero es un efecto acumulativo. Como el de la meditación bien hecha.
Jorge nos cuenta que, durante años, un comentario recurrente entre sus alumnos, es: “Yo es que ya me tomo las cosas de otra manera”. Y yo también lo puedo asegurar, lo he experimentado en mi propio cuerpo, en mi propia mente.
En estos tiempos difíciles, de nuevas incertidumbres, estamos necesitados de prácticas que nos ayuden a aceptar lo que nos pasa (no a resignarnos, ojo) y a responsabilizarnos de nuestras acciones. También como dice Jorge, entender esto es el verdadero empoderamiento. Te invito a encontrar el empoderamiento en las sesiones de Estiramientos de Cadenas Musculares® y de Trabajo con el Potencial Corporal®. Visita la página de Jorge para descubrir qué facilitadores acreditados tienes más cerca de tí: https://www.estiramientosdecadenasmusculares.com/
Ciencia de la liberación miofascial
¿Es posible que una técnica de liberación miofascial aplicada a las lumbares me mejore el cuello? Pues sí.
No lo digo yo, sino un estudio científico, que ha demostrado que el estado del tejido conjuntivo en un punto del cuerpo tiene repercusiones sobre otro punto “lejano”. Es algo que los practicantes de Estiramientos de Cadenas Musculares® ya sabemos porque lo hemos experimentado en nosotros mismos, pero siempre hace ilusión que la comunidad científica nos valide.
El estudio (“Efectividad de la técnica de liberación de la fascia toracolumbar sobre la resistencia muscular del esternocleidomastoideo bilateral y el ángulo de la anteposición de cabeza y cuello”), de la Universidad Autónoma de Chile, realizó unas pruebas mediante electromiografía que demostró la relación entre la fascia toracolumbar (donde se encuentran las lumbares) y la fascia de los esternocleidomastoideos (los músculos que van desde por debajo de la oreja, bajando por el cuello hasta la parte más frontal de la clavícula).
¿En qué consistía este estudio? Se realizaba una técnica de liberación miofascial manual en las lumbares de las personas voluntarias y a continuación se medía la resistencia de los músculos del cuello. De forma inmediata, la resistencia muscular de los músculos del cuello mejoraba y al mismo tiempo, disminuía el ángulo de anteposición de cabeza y cuello (el gesto de cabeza adelantada como la de una tortuga) hasta en un 23%. Nada mal, ¿eh?
¿Cómo puede ser esto posible? Por dos motivos principales.
En primer lugar, tal y como expresa el estudio, “la fascia es un tejido componente del sistema de tejido conectivo, que permite que un cuerpo sea una matriz continua”. Participa en un montón de funciones, como “el retorno venoso, disipación del estrés tensional, interacción entre los músculos de las extremidades y movimiento, además de percepción y coordinación, debido a sus propiedades mecánicas únicas y de su abundante inervación”, por lo que cuando nos duele una parte del cuerpo, en un 37-65% de los casos se debe al dolor miofascial (y en personas de avanzada edad puede suponer el 85%).
Por otra parte, la fascia tiene una estructura tensegrética. Esta propiedad (ver el post anterior) permite que la fascia comunique el dolor a otra parte del cuerpo distinta del lugar donde se ha producido el daño. Y de la misma manera, los efectos de una técnica miofascial aplicada en un punto puede producir también beneficios a distancia.
La mayor parte de la población en Occidente nos pasamos el día sentados en el trabajo, en el ocio y también en los medios de transporte. La posición de la cabeza, hombros y brazos se dirige constantemente hacia adelante. Eso nos afecta no solo a estas zonas, sino que se producen ciertas compensaciones que acaban afectando al resto del cuerpo (dolores lumbares, sobre todo) y también a nuestras emociones (esto último no lo dice este estudio, pero sí la neurociencia).
En el estudio de la Universidad de Chile, se empleó la técnica de liberación fascial de manos cruzadas, pero existen muchas otras técnicas, por ejemplo, Estiramientos de Cadenas Musculares®, donde no interviene un tercero que manipule tus fascias, sino que eres tú quien toma responsabilidad de tu cuerpo, respetando tus límites y consiguiendo una experiencia de mayor intimidad y conexión con tus procesos.
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